El Acer Iconia es un portátil-táblet con doble pantalla táctil.
La presentación tuvo lugar el pasado martes en Nueva York y allí tuvimos la oportunidad de ver cómo funciona este curioso equipo a medio camino entre el táblet y el portátil.
El Acer Iconia no parece un dispositivo pensado para llegar al gran público. Para empezar su precio ronda los 1.499 euros. Para continuar, tampoco es un equipo pensado para llevar siempre a todas partes. Sus dimensiones y batería parecen llevarlo más hacia el concepto de portátil doméstico en el que las funciones táctiles facilitan mucho su manejo.
Físicamente, podría decirse que el Acer Iconia es como un portátil que incorpora dentro un tablet. En otras palabras, las pantallas de 14 pulgadas no disparan demasiado sus dimensiones físicas, pero tampoco es un equipo ultrafino que apetezca llevar a todas partes bajo el brazo. Sus dimensiones de 347 × 248.5 × 19 / 31.9 milímetros y su peso de 2.8 kilos refuerzan esa idea de portátil hogareño y para desplazamientos muy concretos y reducidos.
La batería, de cuatro celdas y con unas tres horas de autonomía, tampoco dejan mucho hueco a la portabilidad. Aunque estén retroiluminadas por LED, las dos pantallas devoran energía y eso se nota en el rendimiento de las baterías. Es extraño que Acer no haya intentado hacer hueco para una batería de seis o nueve celdas que compense el excesivo consumo de las pantallas.
Está equipado con dos puertos USB 2.0, un USB 3.0, HDMI, VGA, Ethernet, Kensigton Lock y entradas para auriculares y micrófono.
Como ausencias cabe destacar que no hay lector de DVD o Blu-Ray. Tampoco hay puerto para tarjetas de memoria. Ambas carencias dejan las funciones de volcado de contenidos multimedia en manos de los USB o del WiFi, que ha sido mejorado por la nueva plataforma ClearFi.
El Iconia se mueve gracias a un procesador Intel Core i5 a 2,66 Ghz al que se suman 4GB de RAM ampliables a 8, y una gráfica Integrada Intel HD con 128 MB de RAM. El almacenamiento interno corre a cargo de discos duros de entre 320GB y 750GB.
La presentación tuvo lugar el pasado martes en Nueva York y allí tuvimos la oportunidad de ver cómo funciona este curioso equipo a medio camino entre el táblet y el portátil.
El Acer Iconia no parece un dispositivo pensado para llegar al gran público. Para empezar su precio ronda los 1.499 euros. Para continuar, tampoco es un equipo pensado para llevar siempre a todas partes. Sus dimensiones y batería parecen llevarlo más hacia el concepto de portátil doméstico en el que las funciones táctiles facilitan mucho su manejo.
Físicamente, podría decirse que el Acer Iconia es como un portátil que incorpora dentro un tablet. En otras palabras, las pantallas de 14 pulgadas no disparan demasiado sus dimensiones físicas, pero tampoco es un equipo ultrafino que apetezca llevar a todas partes bajo el brazo. Sus dimensiones de 347 × 248.5 × 19 / 31.9 milímetros y su peso de 2.8 kilos refuerzan esa idea de portátil hogareño y para desplazamientos muy concretos y reducidos.
La batería, de cuatro celdas y con unas tres horas de autonomía, tampoco dejan mucho hueco a la portabilidad. Aunque estén retroiluminadas por LED, las dos pantallas devoran energía y eso se nota en el rendimiento de las baterías. Es extraño que Acer no haya intentado hacer hueco para una batería de seis o nueve celdas que compense el excesivo consumo de las pantallas.
Está equipado con dos puertos USB 2.0, un USB 3.0, HDMI, VGA, Ethernet, Kensigton Lock y entradas para auriculares y micrófono.
Como ausencias cabe destacar que no hay lector de DVD o Blu-Ray. Tampoco hay puerto para tarjetas de memoria. Ambas carencias dejan las funciones de volcado de contenidos multimedia en manos de los USB o del WiFi, que ha sido mejorado por la nueva plataforma ClearFi.
El Iconia se mueve gracias a un procesador Intel Core i5 a 2,66 Ghz al que se suman 4GB de RAM ampliables a 8, y una gráfica Integrada Intel HD con 128 MB de RAM. El almacenamiento interno corre a cargo de discos duros de entre 320GB y 750GB.
2 comentarios:
ahh existe una competencia para apple
Lo que me asombra es que lleve una gráfica integrada y que no lleve ranura para tarjetas y sólo 2 puertos USB y uno HDMI, para lo carísimo (¡casi 1800 euros!) y novedoso que es.
Lo he probado en tienda, es muy bonito, responde bien, pero es superpesado.
Lástima de sistema operativo, ojalá alguien le pueda meter Linux.
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